viernes, 29 de abril de 2011

Escribe su primera palabra

Parrulin hace tiempo que conoce las letras. Tiene un juego de imanes con el que forma palabras.
Uno de los dibujos de los imanes es un pez y sabe las letras que lo forman.
Ayer me sorprendió cogiendo un boli y diciéndome que iba a escribir pez. Y lo hizo!
Esta mañana lo ha vuelto a hacer y curiosamente en modo espejo. Será porque es zurdo.
Estoy asombrada. Pero qué listo es mi niño! 
Dejo fotos pero no sé cómo saldrán que lo hago desde el movil que estoy de baja, con fiebre.



jueves, 28 de abril de 2011

Malita

Me fui de vacaciones tosiendo como un perro, he vuelto tosiendo igual. Hoy he dormido muy poco, he tenido mala noche, y estoy muerta de frío, destemplada, he vomitado el desayuno, tengo fiebre… Después de la Semana Santa, donde tantas y tantas cosas he hecho, de los viajes para arriba, viajes para abajo, estar sola todo el rato con Parrulín… Creo que mi cuerpo ha dicho que hasta aquí llegamos y se ha rendido. O bien he cogido la gripe, que todo puede ser.
En fin, que mañana será otro día.
Sean buen@s y felices!

miércoles, 27 de abril de 2011

Ni loca vuelvo a subir en avión

Hoy voy a contar cómo nos fue en el avión, ya que las vacaciones dan para varios post y el avión se resume en uno sólo. ¿Cómo fue? FATAL. Lo puedo decir más alto pero no más claro. El viaje en bus fueron un total de 8 horas, el viaje en avión… fueron 9.
Nos levantamos y salimos a tomar un café, que mamá sin café no funciona. Hasta Parrulín lo sabe! Entra conmigo en el bar y pide “un café con leche fría para mamá, por favor, para que se despierte”. Luego subimos a hacer la maleta. Me encanta hacer la maleta de vuelta! No hay que pensar nada, todo pa’dentro y ya está. Cada vez que metía algo en la maleta y volvía a levantar la cabeza se me nublaba la vista y estaba a punto de caerme. Malo, me voy a desmayar. Parrulín, otro café!. Bajamos a la calle ya con maletas y otra vez al bar.
Nota: Esta burra de carga que escribe llevaba mi bolso, que pesaba una barbaridad, su bolsa, la maleta, que pesaba otra barbaridad, mi abrigo y su abrigo. Todo colgado entre los hombros y los brazos. Un calor asfixiante.
Eran las 11 de la mañana. Pedimos un taxi y nos lleva a la estación de tren. Quedaban apenas cinco minutos. Parrulín: “Quiero hacer caca” Ahora? Vaya por Dios. Baño de la estación. “Sólo sale pis” Bueeno, pues corre que viene el tren. Subimos al tren “Mamá, quiero hacer caca” Ahora? Vaya por Dios. Baño del tren. Asombrosamente estaba súper limpio y muy grande. Todo bien y sin problemas. Llegamos a la capital y después de esperar unos 40 minutos aparece por fin un taxi para llevarnos al aeropuerto. Quedaban como tres horas para que saliera el vuelo, pero el plan era comer allí y si no, no nos cuadraba dónde comer.
Lo primero intentar facturar la maleta que pesaba una barbaridad. Peeero no estaba abierto el vuelo todavía, así que nos fuimos a comer con maleta incluida. Autoservicio: Bandeja de comida + niño + maleta= imposible. Total, que dejo la maleta abandonada y cojo la comida con un ojo en el niño, otro ojo en la maleta y otro ojo en el sablazo que me dieron con la comida. (Si, tengo tres ojos, es una habilidad especial que desarrollamos las madres) Elegí la única mesa desde la que se veían los aviones, estaba bastante vacío. A mitad de la comida “Mamá, quiero hacer pis” Ahora? Vaya por Dios! Hablo con la camarera para que no recoja la mesa, cojo al niño, mi bolso, su bolsa, la maleta, mi abrigo, su abrigo y al baño. Después terminamos de comer y por fin abre el vuelo y voy a facturar la maleta.
Llego al mostrador, le doy los billetes, mi dni y el libro de familia. El niño no puede volar. ¿Cómo? Que si no tiene dni no puede volar. Mira usted señorita, es que no tiene obligación de tener dni y su identificación legal es el libro de familia. Pues según las normas de Ryan air no puede volar, vaya usted a la oficina.
Cojo al niño, mi bolso, su bolsa, la maleta, mi abrigo y su abrigo y voy a la oficina. Mire, es que me dice su compañera que el niño no puede volar. ¿Tiene dni? No, tiene libro de familia. Ah, pues entonces no puede volar. Mire usted, es que no tiene obligación de tener dni y su identificación legal es el libro de familia. Ya, pero las normas de Ryan air dicen que sin dni no vuela. ¿Qué me está diciendo, que están ustedes por encima de la ley? Se encoge de hombros y me dice que los puedo denunciar, pero que han ganado todos los juicios. Mire, es que yo no quiero denunciar, yo lo que quiero es volar. Pues espera un momento que viene mi jefa.
Veo que se acerca la jefa y decido hacer maniobra absolutamente manipuladora, no recomendable, pero francamente útil en determinadas ocasiones. Parrulín, pregúntale a esa chica si es la jefa y dile que por qué no te dejan volar. La jefa se encuentra con un hermoso niño rubio, inocente y sonriente que le dice “Eres la jefa?” Si, guapo, qué pasa? “Es que esa señorita dice que no puedo volar…” y hace mueca de puchero (lo del puchero o se lo dije, soy manipuladora, pero no tanto). Mira y remira los billetes, me vuelve a decir lo del dni y al final decide que como es sólo ida, que me hacen un favor y el niño puede volar, pero que si es ida y vuelta que no. Consigo su firma y un sello en los billetes. Vuelvo a ver a la simpática del mostrador. Vale, puede volar, pero no facturar todavía, vuelve más tarde. Le sentó fatal pero tengo que reconocer que algún insulto se llevó en mi primera visita.
Parrulín que empieza a ponerse pesadito, tenía sueño el pobre. Le ofrezco el mei tai y por primera vez en su vida quiere ponerse a mi espalda en lugar de al frente y tras un ratín se duerme. Ahí estaba yo, con un niño de 18kg a la espalda, mi bolso, su bolsa, la maleta, mi abrigo y su abrigo. ¿Y ahora qué hago? No me puedo sentar que lo aplasto. Me estoy quedando sin fuerzas. Decido sentarme en un escalón y poner su culo en el escalón más alto. Al cabo de 45minutos era la hora de facturar. Cargo con todo (casi vuelco al ponerme de pie), facturo la maleta (un trasto menos) y a pasar los controles de seguridad.
Recuerdo que la burra de carga aún lleva a un niño de 18kg a la espalda y dormido, mi bolso, su bolsa, mi abrigo y su abrigo. Me dicen otros pasajeros que me tengo que quitar las botas. Pues mira, no puedo, me arriesgo y paso. Pito. Viene la chica de la guardia civil. Te tienes que quitar las botas. Quizá no había visto al cordero a mi espalda, me giro, se lo enseño y le digo que no puedo. Ah, pues os tengo que cachear. Vale, pues cachea. Convenientemente cacheados los dos ¡los dos! podemos pasar.
Se despierta antes de embarcar y se porta fenomenal durante la espera. Veo que a la chica de delante no la dejan pasar con su bolso y una bolsa, así que le cuelgo al pobre su bolsa a los hombros, que sólo tenía un bibe, toallitas y al burrito pepe, pero si no, eran capaces que no dejarnos pasar. Pasamos, subimos al avión y despega por fin.
Aún no se han apagado las luces y Parrulín “Mamá, quiero hacer pis” Ahora? Pues sí, también visitamos el baño del avión. Jamás había ido tantas veces al baño el niño, y todas muy oportunas como veis. Los simpáticos y amables de Ryan air no callan durante todo el vuelo, con un megáfono intentan hacerte comprar todo tipo de cosas como lotería, cigarros electrónicos, cigarros de verdad, alcohol, juguetes, joyas… Es como estar una hora entera de anuncios en la tele. Parrulín entretenido mirando por la ventana, ni se mareó ni pasó miedo ni nada. Yo la verdad es que sí, que pasé mucho miedo. He volado infinidad de veces, pero quizá hasta ahora nunca se me había ocurrido que me/nos pudiera pasar algo y estaba muertecita de miedo.
Cuando llegamos a Madrid, recojo la maleta y cargo con todo como una burra una vez más, me encuentro en la T1 por lo que el metro o no existe o queda lejísimos hasta llegar a la T4, no lo sé muy bien, veo una autobús “al centro” y lo cojo, sin importarme dónde me lleve. Me ceden el sitio, Parrulín en mis rodillas y jugando con una excavadora, que se le cayó no sé ni las veces que se lo recogí y todos los demás pasajeros también. Hasta que ví una calle conocida y digo no puedo más, aquí me bajo. Cogimos un taxi hasta casa. Eran las 8 de la noche.
Parrulín super feliz encontrándose con sus juguetes y por supuesto sacándolos todos de sus cajas. Yo, medio muerta, deshaciendo la maleta y poniendo una lavadora. Me asomo al salón y le veo echándose una crema de sol en todo el pelo. Bueno, mira, ya le reñiré más tarde, que ahora no me apetece. Total, le tengo que bañar. Al final ni se baña ni cena. Cinco minutos antes de llegar su padre se había quedado profundamente dormido. Cinco minutos después de llegar su padre me había quedado yo profundamente dormida.
¿Repetiría? Jamás en mi vida! A no ser que me invitaran a cruzar el charco.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

martes, 26 de abril de 2011

El viaje en bus

Después de una agotadora Semana Santa en la que he pensado un montón de veces en el por qué no me he quedado en casa descansando, y por qué se marcha una llena de planes y esperanzas de dormir, descansar, etc y vuelve muerta de sueño, de cansancio, deseando descansar de las vacaciones y anhelando las de verano, que al menos son más largas.
Por partes. La verdad que el viaje en bus no estuvo mal, yo llegué agotada, como era de esperar, pero Parrulín se portó fenomenal.
Intendencia: Llevaba una almohada inflable para él (para mí no) y pensaba ponerle mi abrigo a modo de manta pero no hizo falta porque el calor era considerable, el burrito pepe (al que no hizo ni caso, sospecho que me gusta más a mí que a él), una excavadora (esto si le gusta, en este caso más a él que a mí), bibe de agua y botella de agua por si acaso, bibe de leche y brick de leche por si acaso, lacón cortado a modo de filete, un “guyú” de esos de danonino, aspitos, manzana, cacahuetes y servilletas. ¿Me falta algo? Ah, si, el niño, que se me olvidaba! Nooo, es broma.
Había cenado en casa un filete, y al acabar, con todo preparado, nos fuimos a la estación de autobús. Al llegar allí le dijo a una señora que quería sentarse en su silla y la pobre se levantó y le dejó el asiento, pasé una vergüenza horrible, después vio a una señora comiendo un bocadillo de chorizo y le dice que le dé bocadillo, que tiene hambre, más vergüenza aún, dos veces fue a por bocadillo de la señora!
Bajamos a las dársenas y de repente un ruido y un alboroto que me asusté pensando que había pasado algo, de hecho pensé que un autobús había atropellado a alguien. Pues no. Era un gol del Madrid! Pero la gente no gritaba goool, que entonces no hubiera pensado que habrían atropellado a alguien, que yo de futbol ni idea, pero goool me suele dar una pista. Es cuando meten el balón en la portería, creo. Sabía que jugaba el Madrid, pero no sabía que era la final ni nada.
Encontramos el autobús, que había varios que iban al mismo sitio, metemos las maletas, sube mi santo, acomodamos al Parrulín, besito a papá y se va. La radio del bus, a todo volumen con el dichoso partido. El autobús no sale ¿qué pasará? ¿tendremos retraso? ¿estará averiado? Nooo, estaba esperando a que terminara el partido! Tócate las narices! O casualmente en cuanto terminó el partido y la gente se volvió loca, gritó, lloró, llamó por teléfono a familiares y amigos… por fin arrancó. Diez minutos más tarde, que no es nada, pero que sea por un partido manda narices.
En fin, que le dí el “guyú” y quiso abrir los cacahuetes, los ponía en la pala de la excavadora y de allí a la boca. Iba feliz el niño. Luego quiso el bibe de leche y a la altura de Torrelodones ya estaba dormido. El asiento no se reclinaba tanto como yo esperaba, pero conseguí hacerle una camita con la almohada.
La película que pusieron en el viaje, iraní, la verdad que casi prefería el partido, porque además no tenía cascos, con lo que no me enteré de nada. Luego dicen que los chinos son todos iguales. Pues anda que los iranís! No conseguía dormirme de incómoda que estaba, por lo que me tragué la peli entera, sin oírla siquiera. Al final creo que me dormí un poco.
Parrulín durmió acostadito, con la cabeza apoyada en el cristal y los pies encima de mí, con la cabeza encima de mí y los pies apoyados en el cristal, acostadito otra vez… En fin, de todas las maneras posibles. Yo no creo que durmiera más de media hora seguida. Por varias razones, preocupada porque Parrulín estuviera cómodo, porque no encontraba mi postura, y porque no apagaron la luz del bus. Había olvidado que solía viajar con una gorra para que no me diera la luz en los ojos. Dos veces se despertó pidiendo leche, las dos veces hablamos bajito y se portó fenomenal. Una de las mil veces que me desperté yo me lo encontré durmiendo en el suelo el pobre. La verdad que estaba mucho más cómodo pero no podía dejarlo ahí.
Cuando quedaban diez minutos para llegar se despertó solito, por lo que no tuve que llevarle en brazos ni nada. Y además se despertó contento y de buen humor. Nada más ver las gaviotas se emocionó! El autobús había llegado con una hora de antelación, así que tuvimos que esperar a que llegara el taxi que me había mandado mi madre, pero se portó fenomenal, cantamos, bailamos, e hicimos de todo en las escaleras de la estación. Yo estaba medio muerta y con el cuerpo cuadrado, pero él estaba lleno de energía y parecía descansado a pesar de la infinidad de vueltas que había dado el pobre. Eso si, aquel día la siesta fue de tres horas.
¿Repetiría? Pues indudablemente preferiría tren si vamos solos y coche si vamos con papá, pero en caso de necesidad sí repetiría.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

jueves, 21 de abril de 2011

Prueba superada

Cenamos en casa y vinimos a la estación. Al cuarto de hora de haber arrancado el bus, tomó un yogur, un bibe de leche y duerme como un bendito. Yuju!!!

miércoles, 20 de abril de 2011

Maletas, nervios y nihilismo infantil

La verdad, que no sé cómo me he metido en este lío. A ver si van a tener razón mi madre y mi santo cuando me decían que si estaba loca por llevarme al niño en autobús por la noche. En estos momentos estoy francamente nerviosa y preocupada.
Ayer lo recogí en la guardería y estaba el niño de “no”. Era su respuesta para todo. Episodio nihilista que dice mi santo.
Intenté que me contara cómo se sentía, para ver si le podía ayudar a sentirse mejor (y a mí también porque me estaba poniendo de los nervios) “Estoy triste” Vaya, cuanto lo siento, y por qué? “Porque si” Eso no es ninguna razón. “Pues porque sí” Has tenido un día duro en el cole? “Si, un día duro” Vaya, y qué has hecho hoy? “Pues… jugar a la torre con mis amigos” Eso es lo que siempre me responde, así que no conseguí saber qué le había pasado. Creo que hoy su profe no estaba, los niños eran menos, seguramente habrán juntado a los de la otra clase, se ha roto su rutina y nota nerviosismo en casa.
Cuando esto sucede no le doy opción a decir que no, sino que le ofrezco dos alternativas. Pues vaya tarde me dio! A ver Parrulín, quieres ir a casa en autobús o en metro. “En autobús” De acuerdo. Llegamos a la parada “Nooo, nooo, en autobús nooo” Vale, pues vamos en metro. Ascensor o escaleras? “Ascensor” De acuerdo. “Nooo, ascensor nooo” Así estuvimos toda la tarde. Un enorme ejercicio de paciencia para mí, que procuro no perder la serenidad en ningún momento, pero a veces me supera.
Hacer la maleta fue toda una odisea, aunque hoy tengo toda la tarde libre para hacerla, pero prefería ser previsora y dejarla hecha ayer, por lo que pudiera pasar. Y porque el plan era llevarlo al parque toooda la tarde para desfogarse y cansarse lo máximo posible. En fin, ha amanecido lloviendo, así que no sé qué voy a hacer esta tarde.
Me pone muy nerviosa hacer la maleta, sobre todo para Semana Santa, porque en verano metes de todo y ya está. Y si se te olvida algo lo puedes comprar. Pero Semana Santa son cuatro días con todo cerrado! Y a mi pueblo no han llegado aún los chinos, qué ya es raro. Pero benditos chinos la de apuros que me han sacado.
Pues todo el rato enredando, metiéndose entre mis piernas, cogiendo la ropa, desdoblando lo que ya había elegido, cambiándola de sitio, exigiendo que fuera a jugar con él al salón… A ver, cariño, ahora mismo no puedo porque tengo que prepara la maleta. Me ayudas? Normalmente la mejor forma es que participe en las tareas, suele decirme que sí, le hace sentirse útil y en lugar de enredar me trae un calcetín o algo similar. Conseguimos hacer las tareas aunque sea más lentamente. “Nooo, no te ayudo” Vaya, mi gozo en un pozo. Esta vez no sirve, qué raro.
Es extraño que Parrulín esté inaguantable, porque no había otra palabra para describirlo. Se pasó toda la tarde bebiendo agua, muchísima, tal vez le dolía la barriga, antes o después. A última hora me pareció que tenía fiebre, pero mi santo decía que no, él sabrá que para algo es médico. Total, que además a lo mejor me lo llevo malito. Instinto de madre o instinto de médico? Cual seguimos? Mira, yo por si acaso ya he metido medicinas en la maleta, que más vale que sobren a que falten. Aunque por mucha fiesta que sea, las farmacias siempre funcionan.
No quiso cenar. Quiso irse directamente a la cama. Con un cuento, eso no lo perdona. Le dije que uno pequeño y me trae el más grande que encuentra! Parrulín, este no, te he dicho que uno pequeño. “Pues yo quiero este, tú verás” Me quedé alucinada. Tú verás como expresión copiada de mí cuando le doy a elegir? Tú verás como amenaza? Tú verás como la que te voy a liar? Cedí y se lo leí. Al final la verdad es que se durmió enseguida, después del cuento, de unos abrazos y unos besos, quiso que le dejara en la cunita y no duró ni cinco minutos despierto.
Tengo miedo a lo que pueda pasar esta noche. Más que por mí por el resto de los pasajeros, obviamente. Aunque también tengo miedo por mi paciencia. Duerme con pañal pero en realidad se despierta alguna vez y exige ir al baño, así que amanece seco todos los días. Está claro que viajará con pañal, espero que no le dé por ir al baño del autobús continuamente. Porque seguro que le gusta el descubrimiento y pretende ir cada dos por tres.
Llevo mi querido mei-tai por si acaso cuando lleguemos está dormido, quiere brazos y tengo que llevarle a él y a la maleta. Aunque hace casi un año que no lo uso y no sé si podré con su peso. Mira que he ido veces en autobús a Galicia! Pues de todas ellas, tan sólo en una ocasión funcionaba el ascensor, las escaleras mecánicas nunca jamás.
Me apena enormemente dejar a mi marido, que sí, que ya sé que son cuatro días, pero hace ya muchos años que viene conmigo en Semana Santa y le voy a echar mucho de menos. Voy a echar de menos no estar en mi casa y estar en la de mi madre. Voy a echar de menos los vinitos y los aperitivos con él. Voy a echar de menos verle cuidando el jardín. Voy a echar de menos verle dando un paseo por la playa y cogiendo piedritas. Voy a echar de menos su compañía, su apoyo, su amor, el tiempo que pasa con el niño, las veces que se levanta él por la noche…
Ay Dios mio en qué lio me he metido! En fin, que iremos resolviendo los problemas según se vayan presentando. A lo mejor puedo escribir un post contando cómo fue, pero no aseguro nada. No me olvidéis!
Felices vacaciones!
Sean buen@s y felices!

martes, 19 de abril de 2011

Ayer ligué ¡dos veces!

Pues si, chicas, aunque parezca increíble. Ayer ligué! Y dos veces! Ja, ja, ja. Es que me parto yo sola.
Me levanté con poquitos ánimos, agotada, y un poco depre. Cuando estoy un poco depre procuro arreglarme más de la cuenta, a ver si con un bonito vestido me siento mejor. Cuando estoy más depre, unos vaqueros, lo primero que encuentre y a correr, me da igual ir echa un adefesio, porque total, así es como me siento.
Pero ayer me puse mona, o lo intenté al menos, en la medida de mis posibilidades y lo cierto es que mis ánimos fueron mejorando a lo largo del día, y vuestros mensajes de apoyo también ayudaron.
Al llegar al metro saco las llaves, ah, no, esto no sirve, la tarjeta de la empresa, esto tampoco sirve, la huella dactilar, tampoco (que ya podíamos ser más modernos y utilizar el mismo sistema de apertura para todo, que es que me vuelvo loca con tanta identificación) y como no, al fondo del todo, el abono.
Sorpresa! Billete defectuoso. Aunque ahora que lo pienso, no es tanta sorpresa, que ya me lo ha hecho por la mañana y me he colado por no llegar tarde. En realidad no me he colado, he pasado por un torniquete que estaba abierto. ¿Por qué la gente hace cola si hay uno abierto? ¿Sólo te atreves a pasar si le pasa algo a tu billete? En el fondo somos mucho más civilizados de lo que parece.
Total, que voy a la taquilla. Detrás del cristal un tipo calvo, con gafas y rechonchete. Este es el primero que intenta ligar. Utilizará la táctica fija, modelo… vamos a llamarlo modelo San Blas.
Buenas tardes, mire es que me dice billete defectuoso. Pues qué faena, me responde ¡y se queda callado! con una sonrisita de esas de hombre que piensa “soy tan irresistible que a esta me la ligo fijo” Bueno, que? Me cambia el billete? Ah, si, claro. ¿Te conozco de algo? Dice con su sonrisita irresistible, y tardando más de lo normal en darme un billete nuevo. Pues no, no creo, digo yo impaciente. ¿No serás de San Blas? Pues no. Es que yo te conozco ¡Y dale! No he estado en San Blas en mi vida. El billete? Ah, pues es muy bonito, si quieres vamos y te lo enseño. ¡Y dale! Ahora qué le digo, que espere a que recoja al niño de la guarde y avise a mi marido que me voy con el rechonchete a San Blas o qué? Al fin consigo el billete y me voy corriendo a buscar al niño.
Entre que no era muy agraciado el hombre, y el cristal de la ventanilla, que tampoco favorece nada, me sorprende que intentara ligar ¿Le habrá funcionado alguna vez? ¿Siempre usa la excusa de San Blas? ¿Se ligará más en la taquilla que en la disco? Misterios de la vida.
Siempre voy leyendo en el metro, es otro de mis vicios que os contaré otro día, tengo muy poco tiempo para leer desde que soy mamá y es una de las cosas que más echo de menos. Me molesta encontrarme con gente en el metro y tener que mantener una conversación banal sobre el tiempo y eso, cuando podía ir tan ricamente leyendo. Pero me molesta más aún que intente ligar un desconocido.
En este caso el desconocido era un negro jovencito. Se sienta a mi lado cuando había muchos más sitios vacíos, yo pienso verás que me ha tocado el plasta. Efectivamente! Si es que tengo un ojo! Utilizará la táctica fija, modelo… Yo también. Aunque quizá se trate de una táctica variable, no me quedó muy claro.
Yo leyendo, sin levantar la vista del libro. ¿Te gusta leer? Ahá, le digo, sin levantar la vista. Seguro que no se le ocurría nada mejor? Pero ahora sigue la situación cada vez más surrealista. Yo también soy un apasionado de la lectura. Ahá, le digo otra vez, sin levantar la vista, sin creérmelo, y sin que tuviera él un libro en la mano. Y coge un periódico gratuito abandonado del asiento de al lado! Surrealista total! y me dice Ves, a mi también me gusta? En plan sonrisa triunfal-qué bien me ha salido-aprovecho y veo como ha quedado el Madrid! Me quedo callada. Desde pequeño, me gusta. Ya no veo razón ninguna para seguir diciendo Ahá, puesto que no me interesaba nada la conversación y los niveles de incredulidad ante la situación me habían dejado muda. Mi parada, al fin, me levanto mientras sigo leyendo y se levanta también. ¿Te bajas? Ahá. Ah, pues yo también. Vaya por Dios, pienso, a ver si esto se va a poner feo. Me quedo rezagada mientras él sube las escaleras ¡y me espera! Se queda en el escalón superior al mío. Yo seguía haciendo que leía el libro y sin levantar la vista. Esto no me gusta nada. Le dejo dos pasos delante e, inevitablemente, tiene que elegir derecha o izquierda, yo elegí el lado contrario, claro está, porque me dá igual la salida del metro, ya caminaré por la calle que lo prefiero. Gracias a Dios que no me siguió ni pasó nada malo.
Está claro que ninguno de los dos eran mi tipo, está claro que tengo un adorable marido, una familia estupenda y que ligar no se me pasa por la imaginación, pero oye, aunque en el momento me moleste, tengo que reconocer que me sube la moral! Y a quien no? Más me la subiría si fuera George Clooney, pero creo que está muy ocupado tomando café y francamente, no le veo en el metro en hora punta tampoco.
Y me viene a la cabeza pensar en por qué insistirán los hombres en ligar cuando está tan claro que no. ¿O quizá no lo ven tan claro? ¿O su orgullo masculino les dice Insiste, que eres irresistible? ¿O entran a cualquier cosa con faldas, a cualquier hora? ¿Se despiertan ya pensando en ligar? ¿Usan siempre la misma táctica? Misterios masculinos.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

lunes, 18 de abril de 2011

Tic-tac

Suena el reloj. Cada vez más fuerte. Tic- tac. Suena en mi cabeza. Tic-tac. Suena en mi interior. Tic-tac. Suena, sobre todo, en mi corazón.
Yo no soy una de esas mujeres que siempre han soñado con convertirse en madres, que saben de antemano cómo van a cuidar a sus hijos, cuántos quieren tener, qué nombres les van a poner… Simplemente, no pensaba en ello. Creía que era algo normal, que sucedería en su momento, pero no lo tenía planificado y no lo había pensado mucho. No entendía cuando oía hablar del reloj biológico, de “la llamada” y de esas cosas, creía que eran exageraciones, obsesiones de las mujeres que están ansiosas por quedarse embarazadas.
En mi caso sucedió de repente, sin darnos cuenta, con la suavidad que conlleva un amor profundo y sin sobresaltos, me dí cuenta que llevaba con mi santo diez años de relación. Cómo pasa el tiempo! Decidimos ese año que íbamos a buscar un bebé, que queríamos un embarazo y así fue. Tres meses después tuve mi primera falta. No me dio tampoco tiempo a pensarlo, fue muy rápido, no tenía idea de cuánto nos iba a costar, era algo que deseábamos sin obsesionarnos. Fue muy hermoso, un embarazo estupendo, y un niño que es una preciosidad!
Todavía en el hospital nos preguntaban si querríamos tener más hijos. Contestábamos que sí, que en el 2010. Yo no quiero tener un solo hijo, en realidad me gustarían un montón de ellos, pero lo que tengo claro es que no quiero uno solo. Cuando son pequeños te dice la gente que necesita un hermanito para jugar, para aprender a compartir, y otras mil cosas absurdas. Yo creo que Parrulín tiene todo aquello que necesita, amor, amigos en el parque con los que jugar, compartir…
Creo que será más en la adolescencia y en la madurez cuando tenga que echar mano de un hermano. Lo que más terrible me parece es tener que enfrentarse a la muerte de tus padres sin tener hermanos en los que apoyarte. Si, sé que me estoy poniendo trágica. Enterramos a mi padre cuando yo tenía 22 años, estábamos rodeados de la familia, pero cuando todos se van,  quedaban mi madre y mis hermanos. Mi madre es hija única, y recuerdo también el dolor de enterrar a su madre. Yo estaba allí para apoyarla, para ayudarla en todo lo que necesitara, pero se quedaba terriblemente sola.
Desde que cumplió un año buscamos un embarazo, que después de más de año y medio no ha llegado aún. Y mi reloj hace tic-tac,  se ha puesto en marcha en modo despertador, con una insoportable alarma que suena a cada rato, que no hago más que ver mujeres embarazadas a mi alrededor, en el metro, en el trabajo, en el parque, por la calle… Cada mes busco en el calendario qué día sería cuando naciera si acertáramos ese mes. En esta ocasión era el 25 de diciembre y me he pasado todo el mes con el villancico de fun, fun, fun en mi cabeza. Tampoco ha podido ser, por lo que se acabará el 2011 sin haberlo logrado. En fin, que hoy estoy un poquito triste. Será que es lunes.
Será que estoy cansada, ya no puedo más, estoy deseando que lleguen las vacaciones para descansar un poco. Sobrevivo entre semana pensando en el fin de semana, que resulta ser tan ajetreado que no consigo descansar tanto como necesito, y el lunes otra vez a trabajar con el mismo cansancio. A veces creo que las vacaciones están colocadas para poder sobrevivir a duras penas entre las navidades y la semana santa, entre la semana santa y el verano, entre el verano y la navidad.
Lo malo es que mi santo no puede venir con nosotros. Lo bueno es que nos vamos a casa de la abuela, que nos cuidará y mimará a los dos a partes iguales. Bendita madre la mía.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

sábado, 16 de abril de 2011

Marujeando con el niño

"Mamá, sabes una cosa" Qué, mi amor?
"Mi profe P se casa" No me digas! Y con quién? (La veo mucho con la profe B, me extrañaba q se casara con otro)
"Con la profe S" No puede ser cariño. Seguro q es la profe S? No será la profe B? "No, con la profe S. Seguro."
Ja, ja, me parto! Será posible lo cotillas q son los niños? Será verdad? Todas las profes de la guarde están en la misma onda? Me muero de curiosidad!
Pero me encanta la naturalidad con la q te cuenta q una chica se casa con otra chica. Aunque lo mismo me podría haber dicho q se casaba con una bicicleta, nunca se sabe.
Estaremos criando una generación al fin libre d prejuicios, de homofobias, de racismo...? Ojalá. Mejor iría el mundo.

viernes, 15 de abril de 2011

Le han dado las notas!

Ayer vino mi hermoso niño con una carpeta llena de los trabajos realizados este trimestre y con sus notas. Yo, que soy una sentimental, pues la verdad es que me emociono. Esa es mi primera reacción, la lagrimilla. Y cuando me pongo a leer las notas me invaden otras, como la risa y la incredulidad.
Me da la risa cuando veo que en distinguir el rojo, azul, amarillo y verde le han puesto una C de conseguido. Ja, ja!
Le daría la risa a su profe si supiera que incluso sabe distinguir, por ejemplo, el verde claro y el verde oscuro! ¿Y qué hay del resto de colores que conoce? ¿Y el color púrpura, que le encanta? De hecho Parrulín dice “purpúra”.
Es curioso, con lo bien que habla, las esdrújulas no las conoce, lo de acentuar tan pronto, pues como que con él no va. Dice “medíco, musíca, purpúra, numéros…”
Me da la risa cuando leo que en aprender los números (o numéros, que dice él) hasta el 6 le han puesto una C de conseguido. Ja, ja!
Le daría la risa a su profe si supiera que sabe fenomenal al menos hasta el 20! A partir de ahí se empieza a liar, o bien entra en un bucle 25, 26, 27, 28… 24, 25, 26, 27, 28… 24, 25…
Le daría la risa a su profe si supiera que le encanta que juguemos a sumar y a restar. Ahí no le daría la risa, fliparía en colores. Le encanta jugar en el metro por ejemplo. “Mamá, jugamos a sumar y restar?” y la gente nos mira raro, este niño tan pequeño… Venga vale, tienes dos lápices de colores y mamá te da tres más ¿Cuántos tienes? “Pues… cinco, ala, cuantos lápices!” ¿Y si Tato te quita uno? “Cuatro” ¿Y si la abuela te da dos? “Seis” Esto lo hace con los deditos, y porque él quiere e insiste en que le enseñemos.
Me da la risa cuando leo que en aprender las vocales le han puesto una C de conseguido. Ja, ja! Ilusas!
Le daría la risa a su profe si supiera que conoce todo el abecedario, lo dice de carrerilla y distingue las letras cuando las ve, aunque aún no sabe juntarlas ya empieza a leer él solito las palabras de dos o tres letras (la-ma-me-no, si, los…) en los cuentos nocturnos.
Y en cambio, me parece increíble que le hayan puesto una C de conseguido en comer solito. Pero bueno! Si escasamente coge el tenedor en casa en contadas ocasiones! Si cuando lo hace lo coge como buenamente puede y no correctamente. Si se niega a dejarme que le coloque bien el tenedor! Estoy alucinando. Este niño en casa nos toma el pelo! No me lo puedo creer!
No tenía blog cuando comenzamos el curso y tuvimos la primera reunión de padres, pero en lo que les iban a enseñar este año lo único que nos faltaba era dejar los pañales y comer solito. Las vocales, los números hasta el 10, los colores primarios, los sonidos de animales… todo eso ya lo sabía Parrulín.
No quiero que se entienda como menospreciar a la guarde o el trabajo que realizan, que estamos muy contentos con el trato, sino que me parecía increíble que si eso era lo que iba a aprender en el curso, no entiendo para qué va si en septiembre ya lo sabía. Cierto es que algunas cosas sí ha aprendido, como canciones que yo no conocía, la poesía del día del padre… los nombres de los dedos que no se me había ocurrido…
A veces asusta un poco darse cuenta de la cantidad de cosas que sabe este niño!
El lunes más!
Sean buen@s y felices!
PD Buenas noticias!!! Mi santo ya no tiene que irse al exilio!!! Le han concedido quedarse donde está! Estamos contentísimos y este finde... a celebrarlo!

jueves, 14 de abril de 2011

No se pega! (2ªparte)

Ayer empezaba diciendo que Parrulín no pega, sino que más bien era de los que recibía. Hasta el martes cuando fui a buscarle a la guarde. Me da un gran abrazo como siempre y lo subo en brazos. A continuación la conversación con el niño en brazos y su profe.
Me dice su profe Que te cuente lo que ha hecho. ¿Qué ha pasado, cariño? “No, no te lo digo, que me vas a castigar sin cuento” Lo primero que piensas es en la que habrá liado, lo segundo en que parece que lo de dejarle sin cuento funciona. Le pregunto a su profe si es tan grave como para dejarle sin cuento y me dice que no, que se ha asustado mucho y con eso ya es suficiente.
¿Qué ha pasado, cariño? “Pues que le he dado un golpe a Inés No-Se-Que” Llama a los niños por nombre y apellido, es curioso, pero en este caso es porque hay dos Inés en su clase. Pero no, esta no es la misma Inés que le mordía el año pasado, es la otra. “Le he dado en la nariz con un caballito” Y dice su profe Un caballito no, un caballón enorme. Le pregunto por qué lo ha hecho y dice que ha sido sin querer. Y su profe sigue insistiendo Cuéntale a mamá qué le ha pasado a Inés. “Que le salía sangre por la nariz y me he asustado mucho, y mi profe también” Ay Dios mio, vaya golpe que le ha dado a la nena, pero qué bruto!
Es la primera vez que nos enfrentamos a este problema, él dice que ha sido sin querer, que no ha sido “a popósito”, pero no estoy segura. Porque es una excusa muchas veces utilizada “Perdón mamá, ha sido sin querer”, cada vez que tira algo o hace algo que cree que le vamos a regañar. Después estuvimos hablando tranquilamente, porque al principio no quería hablar nada, por si le castigaba sin cuento. Charlando en el baño empecé a sonsacarle. A dos manos, entre mamá y papá. Vamos a pensar los motivos por los que un niño puede pegar a ver si conseguimos saber qué ha pasado.
Yo: Oye, cariño, y por qué pegaste a Inés? “Fue sin querer” Eso ya lo sé, no te preocupes que no te voy a castigar. “Me vas a leer un cuento” Si, mi amor, el que tú elijas.
Santo: ¿Querías su juguete? “No, yo tenía un caballo” Que tenía un caballo (o un caballón según su profe) ya lo sabíamos.
Yo: ¿Te había quitado algo? “No, yo tenía un caballo” Que tenía un caballo (o un caballón según su profe) ya lo sabíamos.
Santo: Mmm… ¿Te había pegado ella? “Si, me pegó con la mano en la cabeza y en la espalda” Acabáramos, le había pegado ella antes! Mi santo que está deseando creer que su hijo es un bendito, empieza a murmurar, pues claro, pues si le había pegado ella antes, bla, bla, bla.
Yo: Antes o después que le pegaras con el caballo? “Después” Santo y yo nos cruzamos unas miradas de preocupación.
La verdad es que al final no nos quedó nada claro si había sido antes o después, lo único claro es que le debió dar un buen porrazo si le sangró la nariz a la nena. No sé quién es la madre, que si lo supiera me disculparía. No sé si él recibió antes, porque en ese caso se lo diría a su profe. Pero aún así me disculparía con su madre.
Puede pasar, que no digo que no, pero no le pega nada con el comportamiento que yo he visto.
El otro día en clase de música en el Babydeli, de repente, sin querer nada de lo que tenía él y sin ninguna razón aparente, una nena de su edad lo coge por la camisa y en medio segundo lo había tirado, le había tirado de los pelos y arañado la nariz. Así, en medio segundo, se volvió loca la niña. Yo no ví a Parrulín hacer nada, ni siquiera levantar la mano. La madre de la niña estaba asustada Ay perdona, nunca había hecho esto. ¿Sería verdad? Puede que sí, o puede que la madre lo diga por inercia. ¿Un niño de repente se vuelve loco y pega a otro, sin tener ni siquiera un motivo? Pues no lo sé.
Ay, entonces en qué quedamos? No sé si pegó por primera vez o si se defendió por primera vez. Vaya lio!
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

miércoles, 13 de abril de 2011

No se pega!

Mi hijo hasta ayer era de los que no pegaban, más bien era de los que recibían, ha llegado a casa de la guardería con mordiscos al menos tres veces.
La primera vez tenía como año y medio y al llegar a casa llevaba un tremendo mordisco en el brazo, le pregunté quien había sido y me dijo que Inés. Al día siguiente hablé con su profe, me dijo que no se había enterado pero que estaría más atenta ahora que sabía que Inés muerde. Os imaginareis mi indignación, no es posible que no se hubiera enterado porque con semejante mordisco el niño al menos tenía que haber llorado, y bastante! Que puede ser que en ese momento la profe no estuviera mirando, que no son muchos niños, pero son cosas que suceden, pero que no se hubiera enterado! Era una profe encantadora, me pidió disculpas y se la veía apurada. No le dí más importancia.
Al cabo de una semana cuando lo recogí me advierte su profe que llevaba otro mordisco, que había sido Inés seguro porque ella lo había visto. Me encontré con la madre de Inés y con su tía, porque son dos gemelas, Inés y Elena, una rubia y una morena, y siempre van a buscarlas una mamá y una tía, una rubia y una morena, y en realidad no sé cuál de las dos es la mamá.
El caso es que fui a hablar con ellas, yo super educada y muy amable, sin la menor intención de echar la bronca por nada, asumo que son cosas que pasan, una se para y otra sigue andando (ignoro si es la tia o la madre). Mira, es que Parrulín lleva dos mordiscos en una semana y dice que ha sido Inés, te lo digo para que tengas cuidado por Elena, a ver si la va a morder.
Pues la madre se debió sentir insultada, y juro que fui muy amable cuando podría haberle sacado los ojos. Eso es imposible, dice. Mira, Parrulín dice que ha sido Inés y además su profe lo ha visto en el segundo mordisco. Pues no puede ser, porque la dominante es Elena, si me lo dijeras de Elena lo aceptaría, pero de Inés no. Y se marchó airada.
Bueno, pues nada, adiós. Y me quedé pensando que ojalá confunda a su hermana con un bocadillo de chorizo para que se entere su madre si muerde o no muerde.
Vaya tipo de etiquetas que pone la madre! ¿Está dispuesta a defender a una de lo que sea pero no a la otra? Qué raro, no? Como desde entonces ni me paro ni tengo conversación ninguna, no me he fijado si la rubia siempre lleva a la rubia y al revés, o si van cambiando. ¿Podría ser que la madre hubiera desarrollado mucho más apego a la una que a la otra? ¿Podría haberle “cedido” conscientemente o no, la educación de una de ellas a la tía? ¿Se puede tratar tan, tan diferente a dos hijas que además son gemelas? ¿Te ponen la etiqueta de dominante y ya eres dominante? ¿Puede ser que en casa la dominante sea una y en el cole otra? Misterios de la vida…
A mi me tenía preocupada que con el genio que tiene en casa en el parque no se defiende, si le quitan lo que es suyo apenas hace nada, no se impone, se lleva arañazos y empujones como el que más, pero no devuelve ninguno. A mi no me gusta que pegue y siempre le decimos que no se pega, pero tampoco es bueno que sea tonto, no?
Pues justo de eso hablaba un artículo de mi bebé y yo, de niños que no se defienden y el pediatra le responde “Si de momento ha optado por la no violencia, pues mejor todavía. Es una actitud noble y elevada. No me imagino a la madre de Gandhi diciendo: “Si alguien te pega, pégale tú también”. Sólo tiene dos años y medio. Y el año que viene va a la escuela, no a una prisión de máxima seguridad. Seguro que todo irá bien.”  El artículo completo aquí
¿Estáis de acuerdo? Yo me siento un poco dividida, la verdad. ¿Será noble llegar a casa con un ojo a la funerala? Ah, que debe ser que no soy la madre de Gandhi, se me había olvidado ese pequeño detalle.
He empezado diciendo que Parrulín no pega, hasta ayer… mañana cuento la historia de “su primera vez”
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

martes, 12 de abril de 2011

Megasorteo en mamás y bebes

Como no podía ser de otra forma, tengo el placer de comunicaros que la estupenda web de Mamis y Bebés ha llegado al millón de visitas! Yuju! Enhorabuena! Y para festejarlo van a realizar un Megasorteo! No un sorteo normalito, no, un Megasorteo con mayúsculas!
A mi que no me toca nunca nada, que no recibo ni un triste premio, buuuu…. Tengo puestas todas mis esperanzas en el Megasorteo, así que lo cuento en mi blog para poder participar pero… no participéis por favor! Dejar que me toque algo a mí!
Bueno, son muchos días, vale, os dejo participar, tendré que confiar en mi suerte.
Mira cuántas cosas y qué preciosas son todas:

Os dejo el enlace:  mamis y bebes
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

lunes, 11 de abril de 2011

Frases de niño que dan miedo

Todos los niños tienen frases que nada más oírlas te corre un escalofrío y te imaginas lo peor. En nuestro caso son dos “Mamá, perdón” y “No pasa nada”. Cada vez viene Parrulín con cara de santo y pronuncia una de las dos es que la ha liado, y bien gorda.
Ayer, estaba mi santo duchándose y casualmente tuve que ir un segundo al baño (una tiene necesidades fisiológicas como todo el mundo, que se le va a hacer) Cuando aparece Parrulín, aparta la cortina de la ducha y le dice “Papá perdón” ¿Qué has hecho? “dfnbqlieb…” No entendimos nada “Pero no pasa nada” Eso si lo entendimos. Oh, oh, qué habrá liado! A ver, cariño, enséñame qué has hecho.
Me lleva de la mano al salón y había tirado el aparato portátil de aire acondicionado (tamaño 60x60x100) y estaba el salón lleno de agua que se salía del depósito y corría y corría por el suelo. ¿Cómo ha podido tirar esto que pesa un montón? ¿Cómo no ha hecho ruido? ¿Cómo puede armar semejante lío en el segundo que tardo en hacer pis? Y le reñí bastante, porque sabe que no se toca, se lo hemos dicho mil veces, pero además una cosa es tocarlo y otra tirarlo e inundar el piso!
¿Por qué has hecho esto? “Porque me apetecía, pero no pasa nada” ¿Cómo que no pasa nada? ¿No ves que está todo mojado? “Yo te ayudo a fregar” No, no me ayudes, mejor, vete con tu padre. (Padre previamente avisado para que saliera echando leches de la ducha y se encargara de la fiera mientras yo arreglaba el desastre)
Cuando las aguas volvieron a su cauce (las del aire acondicionado y las de la madre) viene con cara de santo “Mamá estás enfadada?” Si, cariño, estoy muy enfadada, estás castigado y esta noche no hay cuento. “Estás triste también?” Pues también, tú sabes que eso no se toca y lo has tirado al suelo y se ha llenado todo de agua. “No lo voy a hacer más” Bueno, eso espero, dame un beso. Y le abrazo con toda mi alma.
Me cuesta horrores estar enfadada con él, por las caritas que pone y lo zalamero que es, pero es importante que aprenda las cosas que no se hacen. Debe de ser la segunda vez que lo castigo, no me gusta hacerlo, pero hay cosas que no se solucionan con un beso por muy tierno que sea. No le grito, no le trato mal (sólo faltaba!), le doy igual los besos y abrazos que quiera, pero no hay cuento se ponga como se ponga.
Al rato viene “Mamá estas enfadada?” Pues si “Pero me quieres igual” Si, cariño, mamá te quiere aunque esté enfadada, ya lo sabes. “Mamá cuaaanto te quiero, no pasa nada” A mí me da la risa pero me contengo. Pero que morro tiene este niño!
La táctica de aunque-estés-enfadada-me-quieres me parece importantísima, que sepa que el amor de su madre es incondicional, que estaré siempre amándole y ayudándole en cualquier cosa que necesite, que en casa jamás se juega al Ya no te quiero, ni verbal ni gestual. Pero él parece traducirlo por no-pasa-nada. De forma que puede liar la que sea que como mamá le sigue queriendo…
Cuando el padre le lleva a la camita esa noche le dice “Papá, vamos a cerrar la puerta y me lees un cuento, pero que no nos oiga mamá, eh?” Y mamá oyéndolo todo desde el pasillo esperando pacientemente la respuesta de su padre y cruzando los dedos para que tuviera un poco de sentido común. Afortunadamente sí lo tuvo, se negó a leer el cuento, se mantuvo a su lado haciéndole mimos y caricias como siempre, pero sin cuento. Y pidió irse a la cunita.
Llego yo a la habitación y levanta la cabeza “Mamá, me lees un cuento?” No cariño, estás castigado. “Es que no lo voy a hacer más” Pues fenomenal, si no lo haces más, no te castigo más “Pero me quieres igual” Si, cariño, mamá te quiere aunque esté enfadada, ya lo sabes “Mamá cuaaanto te quiero, no pasa nada”
No se me ocurre cómo hacerlo mejor. Es muy difícil enfadarse con él.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

viernes, 8 de abril de 2011

Los astros conspiran

Me quiero ir de vacaciones en semana santa! Anda, pues como todo el mundo, pensarás. Pues si, como todo el mundo, pero tengo la luna en marte con ascendente en capricornio y los astros se encuentran alineados y conspirando para que todo me salga mal. (Pobre capricornio, con lo bien que me cae, me lo he inventado, ni idea de astrología…)
A mi santo no le han comunicado todavía si tiene o no una guardia, lo que no puedo entender ¿es que no puede planificar nada con antelación o cómo funciona eso? ¿Cómo funciona un funcionario? Hace un par de días, hartos de esperar, y como él piensa que alguno de los días le va a caer, decidimos que me marcharía yo con Parrulín.
¿Y cómo nos vamos? Pues en coche. Esta vez no puedo, porque se lo tiene que quedar él para ir a trabajar, porque a lo tonto hace dos años que no conduzco, porque son muchas horas conduciendo sola con Parrulín y si quiere algo no sé cómo me las apañaría, porque no me apetece tragarme los enormes atascos de la semana santa…
Pues en tren. Malo. No hay plazas ya en talgo a ningún lugar de Galicia, no hay plazas tampoco por la noche. Ala, por tardona!
Pues en avión. Malo, carísimo, un dineral. Ala, por tardona!
Pues en autobús. Bien. Aquí te dejan ser tardona. Ole!
¿Pero tú estás loca? ¿Pero cómo te vas a llevar al niño en bus? ¿Pues no ves que es mucho tiempo? ¿Y si molesta a los demás viajeros? ¿Y si...? ¿Y si...? ¿Y si...?         ¿Pero tú estás loca? ¿Pero cómo te vas a llevar al niño en bus? ¿Pues no ves que es mucho tiempo? ¿Y si molesta a los demás viajeros? ¿Y si...? ¿Y si...? ¿Y si...?
No me repito ni me falla el blogger, es que esta conversación la he tenido con mi madre y con mi santo. Ambos dicen que me pagan el avión. Pero no es cuestión de dinero ni de quien lo pague, sino que más de 300€ de avión para ir cuatro días a Galicia me parece un disparate.
Mi opción era irme por la noche en bus a la ida y por la tarde a la vuelta. Así veía si se podía repetir un viaje nocturno en bus con Parrulín y uno diurno o se le hacía muy pesado o cómo nos iba la cosa.
Venga, pues me da igual lo que me digan, nos vamos en bus. Si se porta mal ya veremos. Los problemas según se vayan presentando, ese es mi lema. Me meto en la página y veo que los menores de 4 años pagan la mitad. Bien. Pero… no te deja elegir a la vez un billete de adulto y uno de menor, tienes que coger los dos iguales. O hacer dos compras distintas, pero como puedes elegir asiento… ¿y si entre una compra y otra me quitan el asiento y tengo que comprarlos separados? (Igual descansaba más, ja, ja) Bueeeeno, pues me iré a la estación a cogerlos, que con una señora delante me entiendo mejor que con el dichoso internet. ¿Dónde lo venden? Internet: uno cerca y uno lejos. Pues me voy al cercano que soy pardilla pero no tonta.
Le comento a mi madre que me voy a por los billetes ¿Pero tú estás loca? ¿Pero cómo te vas a llevar al niño en bus? ¿Pues no ves que es mucho tiempo? ¿Y si molesta a los demás viajeros? ¿Y si...? ¿Y si...? ¿Y si...?          (La que se repite es ella, no yo, que conste) Venga, vuelvo a buscar un avión, para que veas lo que cuesta. Busco sólo la vuelta.
Bingo! 38€ por persona. Calculo por dos más las tasas más tal y cual, pues unos 100. Venga, vale, me voy en bus por la noche y vuelvo en avión. Así se quedan más tranquilos los dos, al menos la mitad de tranquilos. 38€ por trayecto más tasas más no-se-que, más no-se-cuanto y al final me toca pagar…. 150€!!! Ala! En fin, así es la vida. Aceptar. Te llegará la tarjeta de embarque para imprimir por mail. Bueeeeno.
Me voy a la venta de billetes cercana. Buenas tardes, quería comprar billetes a Pontevedra. Pues… es que aquí sólo vendemos a Cuenca. Vale, pero es que yo no quiero ir a Cuenca. Ah, pues entonces tendrás que ir a la otra oficina. ¿Y por qué no pone en la web que aquí sólo venden a Cuenca? Ah, pues no sé. Bueeeeno, iré mañana.
Hoy voy a imprimir el mail. Tachán! En el último momento piden la caducidad del DNI. Sorpresa! Está caducado! No puedes imprimir el embarque! ¿Y ahora qué? Pues a renovarlo. Sorpresa! Sólo lo hacen electrónico, necesitas un Certificado de no-se-que. Intento llamar a mil sitios, a ver si me lo pueden hacer electrónico sin electrificar. Sorpresa! Nadie me coge el teléfono. Sorpresa! Sólo lo cogen los teléfono-máquina a los que no puedes contar tu vida. O si, pero que no te entienden. Me pregunto por qué no hay las opciones Marque 1 si no entiende a la máquina, Marque 2 si la máquina no le entiende a usted, Marque 3 si desea que se autodestruya la máquina. 3, 3, 3!
Pero qué está pasando? Pero qué daño le he hecho yo a Capricornio para que me ocurran todas estas cosas? Es que no puedo disfrutar de mis vacaciones como todo el mundo? Me caías bien Capricornio, pero ahora me lo estoy pensando, aunque no voy a decir nada malo de ti no vaya a ser que me caiga un meteorito en la cabeza y me quede definitivamente sin vacaciones.
Buen finde!
Sean buen@s y felices!

jueves, 7 de abril de 2011

Un día especial

Una de las cosas que más me gustan de la maternidad es que un día cualquiera siempre se convierte en un día especial. Dejaron de existir los días rutinarios, cada día se ha convertido en una hermosa fuente de alegrías, sorpresas, besos y abrazos sin fin. Tengo un niño muy, muy especial que convierte cada uno de mis días en preciosos regalos.
Después de recogerle en la guarde y ver a la abuela nos vamos a casa en metro. Hasta que un día que pedía ir en autobús, fuimos. Desde entonces tenemos que ir siempre en autobús. Y se tarda mucho tiempo, pero son unos viajes divertidos y llenos de anécdotas. Además tiene una sillita especial como la del coche de papá y el niño va totalmente seguro, lo cual es una novedad en los autobuses y lo agradezco un montón.
Ayer lo siento, lo ato con las correas y al cabo de un rato queda un asiento libre al otro lado del pasillo. Parrulín ¿te importa que me siente allí? “Bueno, mamá, si estás cansada…” Sonrío y me siento (no por mucho tiempo) Al minuto “Mamá, ven!” ¿qué pasa mi amor? “Es que quiero decirte que te quiero mucho y darte un beso” Cómo no ir? Cómo no comérselo a besos a él también? A mamá se le cae la baba, a los demás pasajeros también.
“Mamá, mira, un buzón de correos, para echar las cartas a los reyes magos!” En su mundo las únicas cartas que existen son las de los reyes magos, en el mío, las de las facturas. Hubo una época en la que te hacía ilusión recibir cartas, eran cartas personales. Hoy si ves una carta en el buzón te echas a temblar ¿Cuánto tendré que pagar esta vez? La vida moderna…
Un bebé llora en el autobús. “Mamá, llora un bebé” Si, cariño, pobre (el bebé ni siquiera estaba a la vista, pero se oía) “Pues le voy a cantar la canción de los bebés para que no llore” Muy buena idea Parrulín “Este niño tiene sueño, tiene ganas de dormir, tiene un ojito cerrado y otro no lo puede abrir, ea, ea, ea” La canta suavito, suavito, el bebé ni le oye, pero se calma. A mamá se le cae la baba, a los demás pasajeros también.
“Mamá, mira, un camión de la caca” Ala! Respondo yo que no entiendo su emoción por el camión de la caca, pero procuro compartirla.
Por el camino vemos siempre varios camiones de la caca, varias grúas, pasamos por un parque de bomberos… todo esto le emociona, yo me pregunto si va con el gen masculino o se tratará de una etapa de la infancia, pero sus gritos cuando ve una grúa son como los de las jovencitas histéricas de los conciertos de Alejandro Sanz en mi época. Sí, soy mayor, así es la vida. (Cada año tengo la mala costumbre de cumplir un año más.)
Al llegar a casa siempre me ayuda, a poner lavadoras, a tenderlas, a ordenar la ropa, a barrer, a fregar… Este niño es un verdadero cielo aunque puede llegar a ser asfixiante en ocasiones, a veces me siento perseguida en mi propia casa, hasta si voy al baño aparece “Mamá qué haces? Yo te ayudo” Ya hemos pasado la época en la que se empeñaba en limpiarme en el baño, menos mal!, se conformaba con meter un papel entre las piernas si le decía Muy bien, lo has hecho fenomenal. Para el resto de las cosas sí acepto su ayuda aunque tardemos más.
Juntos, quitamos la ropa de la cama de matrimonio para lavar, habíamos quitado ya las almohadas, los cojines y el edredón. Y cuando vió la cama vacía, que creo que era la primera vez, me dice “Mamá, mira que buen sitio para hablar” Yo asombrada, nunca habría pensado esa frase con su edad. Pues si, claro, es estupenda, vamos a hablar. Nos tumbamos. Y de qué quieres hablar? “Pues… de cosas que no nos oiga papá” Y yo, perpleja. Con la buena relación que tiene con su padre y la adoración mutua de los dos, hace un tiempo que vengo notando una cierta rivalidad entre mamá y papá. Como cuando no quiere que venga papá o cuando no me deja a mí que le ponga la leche porque tiene que ser papá…
De acuerdo, pues de qué quieres hablar? “Pues, que me leas el cuento de Alicia, por ejemplo” Ah, suspiro aliviada, no era nada grave entonces. Era algo rollo, rollo, menudo peñazo de cuento, se ve que papá lo odia tanto como yo y por eso prefiere leerle otros. En fin, que allá vamos con Alicia. En su cuento sale un dodo, le hace gracia y se pone a repetir dodo todo el rato, fácil pasamos media hora o más señalando la cuna, “Mamá, mira un dodo”, señalando la mesilla, “Mamá, mira un dodo”, señalando la lámpara, “Mamá, mira un dodo”… Y a cada vez le respondía ¿pero cómo va a ser eso un dodo?, le hacía cosquillas y se reía muchísimo, lo que contribuye a que el juego no se acabe nunca.
Harta ya del juego le digo Mira, un do-do, un re-re, un mi-mi, un fa-fa, un sol-sol… (Hace tiempo que sabe las notas) Bueno, pues escacharrado de risa estaba. Ya entiende los chistes! Es genial! Ya le hace gracia un juego de palabras y no simplemente una mueca o una payasada! Cuando se recuperó de la risa me dio un gran abrazo y un beso “Mamá que bien lo pasamos juntos, cuaaanto te quiero”
Cada día se convierte en un día especial, ha sido un niño deseado y amado desde su búsqueda, adorado desde su nacimiento, y aunque parezca imposible cada día que pasa lo quiero más. Poder sentir el amor de esta forma tan incondicional, tan infinita, tan de verdad es uno de las mayores sorpresas y alegrías de ser madre, hace que cada día sea especial.
PD Tendré que hacerle en su habitación nueva un sitio para hablar, ya estoy maquinando cómo.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

martes, 5 de abril de 2011

Historias de parque

Hoy inauguro una nueva sección del blog, la voy a llamar Historias de parque, porque salen y saldrán muchos post inspirados en cosas que hemos visto en el parque, conversaciones que hemos oído, comportamiento de niños, padres, perros, loros, excavadoras… En fin, todo lo que nos vamos encontrando en el parque cuando vamos a jugar.
Lo primero contaros un secreto… Odio ir al parque! Shhh… Pero bueno, mi marido lo odia más y yo me lo tomo con humor porque, primero, no tengo más remedio; segundo, a Parrulín le encanta, le viene bien jugar y correr; tercero, ya disfrutamos de cálidas temperaturas; cuarto, observo a los demás niños, mamás y familias varias y quinto, tomo nota mental para el blog!
El sábado fuimos al parque cargados de cosas, se quiso llevar el camión, la pala, el rastrillo, la pelota… Salí de casa con tantas cosas que casi me olvido de Parrulín! Es broma, tan despistada no soy (o no suelo serlo, ja, ja)
Estuvimos jugando con la arena, los dos juntos, cuando se me acerca un nené de un año más o menos, que andaba con dificultad y no hablaba nada, se apoya en mí y quiere jugar con nosotros. Bien, aceptamos a todos los niños que vengan en el juego ¡faltaría más! Estuvimos jugando los tres un montón de tiempo. ¿Creéis que se acercó su mamá o papa? Nooooo.
Después de casi una hora jugando los tres, nos teníamos que ir. ¿Y ahora qué hago yo con este niño? No sé quién es la madre o el padre, no entiendo por qué no se han acercado, no voy a dejarlo solo. Pues aún estuve buscando a los padres durante un buen rato. Estaban sentados tranquilamente a la sombra, a unos 30 metros, sin prestar la más mínima atención a su hijo de un año! Tuve que ser yo la que me acercara y decirle “Oye, que me voy” A estos sí les gusta ir al parque! Encuentran a quien se encargue de todo y a charlar tranquilamente!
Mientras jugaba con Parrulín y “el otro” (que no es que fuera hijo de Nicole Kidman, sino que no sabía decirme su nombre, pero como yo le llamaba nené y parecía que me hacía caso, con nené se quedó) había otros niños cerca.
Un niño que no llegaba al año y sólo podía estar apoyado o se caía, quitó el apoyo y se cayó, normal. (¿Y la madre? No, no viene) Como estaba cerquita lo cogí, le levanté, le consolé un poquito, (¿y la madre? No, tampoco viene) le quité la arena de las manos (y del pelo, ya de paso) se echó a llorar, (¿y la madre? No, no viene). Creí que lloraba porque no estaba su madre, llevaba ya un ratito consolándolo cuando se da cuenta el padre. Era padre, no madre, el i-rresponsable de la situación. Estaba al lado! Pero a dos pasos del niño! Claro, estaba de charla con otros papás y ni se enteraba de lo que pasaba. A este también le gusta ir al parque! Total, pasa de todo! El niño cayó de culete y no le pasó nada, claro, pero si se cae hacia delante se da con el banco en la frente! Si es que le podía haber pasado cualquier cosa!
Jamás hasta ahora le he quitado un ojo de encima al niño! Que no es que tenga un ojo cosido a la camiseta, que quedaría algo raro el pobre niño, sino que yo no me quedo tranquila dejándolo con desconocidos. Y cuando casi ni andaba sin apoyo, no dejé nunca mis manos a menos de 10 cm de su cuerpecito por si se caía. Libertad vigilada, esa es la norma que se aplica en esta familia! Por favor! Si es que aún tiene dos años!!!
Imagino a este tipo de padres y su casa, en plan, si algún día quieres cenar, me avisas. Bueno, mejor me avisas el día anterior no vaya a ser que tenga un plan mejor! Si quieres meter el dedo en el enchufe avísame antes, no vaya a ser que esté tomando una cerveza en el salón y no te esté mirando! Si quieres coger el bote de lejía que hay en la cocina, sí, ese tan bonito con colores, avísame antes que lo quito de tu alcance! Si quieres hacer algo que no sea estar metido en el parque-jaula, avísame antes para que me acuerde de ejercer de padre/madre, que ya lo haré si tengo tiempo (y ganas)…
Creo sinceramente que no peco de proteccionista, no soy la típica “doña agobios” que no les deja hacer nada (que también los he visto). Por supuesto que me tiro al suelo y juego a todo lo que me proponga, jugar con la arena, con coches, con la grúa, con puzles, a leer un cuento, a cantar, a bailar, a hacer el payaso, y lo pasamos pipa, como dice él… “Mamá, que bien lo pasamos juntos” y yo me derrito, cuando jugamos a la torre... “Te voy a dar un beso porque lo has hecho muy bien” y me derrito más.
Pero también sé dejarle su espacio, apartarme cuando quiere jugar solo, esperar a ver si pide ayuda cuando veo que no es capaz de encajar las piezas, dejarle que lo intente varias veces, observar y esperar. Es importante para su desarrollo el aprender a resolver los conflictos. También en el parque espero antes de meterme en una discusión infantil, si la cosa no es normal intervengo inmediatamente, pero si están aclarando sus diferencias con tranquilidad, hay que dejarles su espacio. Tener en cuenta que pronto empieza el “cole de mayores” y en el recreo no siempre estará la profe justo a su lado, hay más niños también. Y su madre no va a estar ahí para sacarle las castañas del fuego en todo momento. No niego que me encantaría, pero el sobreproteccionismo y la absoluta dependencia no sería bueno para ninguno de los dos.
En fin, hasta aquí mi reflexión de hoy.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

lunes, 4 de abril de 2011

Cuando cae la noche

La actividad cultural prevista para esta semana me la recomendó un amigo, estuvo muy, muy bien, a Parrulín me encantó, así que el post de hoy va por ti, A.
La obra se llama Cuando cae la noche, en el teatro Lagrada, y estará en cartel los días 2, 3, 16, 17, 23 y 24 de Abril, los sábados a las 17:00h y los domingos a las 12:30h.
Es una obra para niños de 4 años, o así lo recomiendan, pero como Parrulín está más que acostumbrado a ir al teatro, la recomendación venía de parte de un buen amigo, estaba fenomenal de precio y me pillaba al lado de casa digo… Pues vamos!
Lo primero que me encantó fue el teatro. La chica que vendía las entradas era muy amable, y mientras esperábamos para entrar inflaba globos para los niños con forma de flores. También había un par de mesas llenas de fotocopias para colorear, lápices y tijeras. Creíamos que era a las 12, así que tuvimos que esperar mucho tiempo hasta que empezara, pero con los globos, recortando y coloreando se hizo muy ameno.
Parrulín miraba encantado las tijeras y como eran de plástico y el peligro era nulo, le dejé recortar. Estaba emocionado, recortando a un Pocoyo (por la mitad), decía “Mira cómo se ríe cuando le corto un pie”, en fin, huelga decir que la fotocopia no se reía y que a mí me parecía un tanto gore, pero si le entretiene… Eso si, al llegar a casa quité mi costurero de su alcance, que aunque sabe que no las puede tocar igual después de haberse iniciado en el apasionante mundo de las tijeras se le ocurría coger las mías y cortarse un pie como a Pocoyo, a ver si daba risa (imagen más gore aún)
Me gustaron muchísimo las tijeras, tengo que conseguirle unas! Además de ser de plástico y no cortar nada más que el papel, servían para zurdos! Hay que ver la de cosas que estoy aprendiendo de zurdos desde que vimos la tendencia de Parrulín, yo no sabía que las tijeras sólo tienen filo en un lado y los zurdos o cortan con la derecha o le compras unas especiales.
También había un espejo de esos en los que te ves deforme, yo quería ver su reacción cuando se viera, pero no sé por qué no parecía darse cuenta. Lo único que dijo es que parecía más alto “como de cole de mayores” pero no dijo nada que tenía un enooorme cabezón. Curiosa percepción la de los niños.
Y comienza la función! La obra, de la compañía Palique cuenteras, está protagonizada por Marissa Amado, con la dirección de Magda Labarga, dura una hora y Marissa está sola en el escenario durante todo ese tiempo. Es una actriz buenísima, muy agradable y risueña. Lástima que la nariz postiza no dejara ver su belleza, porque además es muy guapa. Consiguió mantener la atención de los niños excepto de una niña de la edad del mío que no hacía más que darle golpes a Parrulín en la cabeza con la flor de globo. Cosas que pasan (y padres que no lo impiden, en fin)
Cuando cae la noche habla de la oscuridad y el miedo, de esa luz que sólo se ve en la oscuridad de la noche, de la alegría de esa luz, de vencer el miedo a la oscuridad. Va descubriendo cómo atreverse a caminar, bailar y cantar en esa oscuridad, cómo disfrutar de la noche y de los sueños que nos ofrece. Todo a través del teatro, el juego, la música y las sombras chinas.
Muy bien conseguida la música y los efectos. Incita la curiosidad de los niños desde el primer bostezo de la noche y al ver los objetos que saca al inicio, y sorprende cada minuto lleno de risas, ternura y poesía. La cara de Marissa transmite la diversión de los peques ante las historias y lo bien que lo pasa ella en el escenario se refleja en lo bien que lo pasan los niños en las butacas.
Se me quedó grabada la frase Cuando apagas la luz, enciendes la oscuridad, me pareció muy bonita. A Parrulín se le quedó grabado sobre todo el despertador. Estuvo muy atento a las diferentes historias que tejían el hilo de la obra, se rió mucho cuando hacía payadas y se lo pasó pipa, como dice él.
Yo le había contado que la actriz se llamaba Marissa y así pidió las entradas a la chica de la taquilla “Entradas para ver a Marissa, por favor” y no se le había olvidado, por lo que cuando terminó la función se puso a aplaudir y a gritarle “Muy bien, Marissa, lo has hecho muy bien!” y ella le tiró besos desde el escenario.
Tuvimos la suerte de poder saludarla al final de la obra y Parrulín le contó que había sido muy divertido, que se lo había pasado pipa y que lo había hecho muy bien. Es una chica encantadora y, como suele pasar, mucho más guapa sin nariz postiza!
Si alguno de los que me leéis le interesa un buen plan para el fin de semana, el enlace aquí .
Y aquí os dejo un enlace al blog de la compañía Palique cuenteras, que desde hoy cuentan con una seguidora y admiradora más. O dos si contamos a Parrulín.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!

viernes, 1 de abril de 2011

Socorro!

Acabo de recogerlo en la guarde y me han dicho que hay una niña con piojos en su clase!
Tenía que ocurrir algun día!
Sabéis algún remedio natural?
Agradecería mucho la información.
Gracias. 

Hoy estoy contenta!

Pues si, hoy estoy contenta! Después de una semanita mala, sin muchas ganas de escribir ni de nada, hoy me he levantado más feliz que una perdiz. Tenía un novio que decía Más feliz que un pimiento verde, fueron cuatro años de relación y nunca comprendí lo del pimiento (ni al chico, ja, ja)
Ayer me fui de compras a ver si me animaba un poco. Tengo una compradora compulsiva dentro de mí con la que llevo tiempo luchando. Será guarra la tía! Me gasta el dinero! Me deja el armario lleno de cosas! Me deja algunas cosas que ni recuerdo haber comprado! A ver si la echo de mi vida de una puñetera vez! Es que se pone taaan pesada que al final termino haciéndola caso!
Cuando Parrulín terminó de merendar nos fuimos dando un paseo hasta Princesa, que tenía fichada yo (o mi amoga, la compradora compulsiva) una tienda de ropa que me gusta mucho y suele ser bastante cara que estaba de liquidación porque cerraban. Y allí nos fuimos!
Tengo que decir que mi hijo es un santo, que te lo puedes llevar a cualquier sitio. Si me voy de compras lo más que puede hacer es decidir que quiere “hacer el búho” que consiste en meterse entre la ropa, como ya he fichado dónde se ha metido, se queda quietecito y feliz haciendo el búho hasta que le digo que salga. No sé quien le enseñó ese juego pero es realmente útil (siempre que sepas dónde está el búho, claro, que si no, te puedes llevar un buen susto)
Cogí dos vestidos y una camisa y nos fuimos al probador. Me pruebo la camisa “Mamá no estás nada guapa” (oigo a la dependienta reírse) Vaya por Dios, pues a mí me gustaba. En fin, tendrá algo de ojo masculino a sus dos años, le haré caso. Me pruebo otro vestido. “Mamá no estás nada guapa”. (oigo a la dependienta reírse) Mmmm… este niño se está pasando, pienso yo! La del probador de al lado que dice “Niña, eso no se le dice a tú mamá”, Parrulín que salta “No soy una niña, soy un niño!” (oigo a la dependienta reírse) Yo pensando, pues será mejor que el niño sea sincero, no? Pero no abro la boca para contestar a la señora o a la voz que salía de la cortina porque no ví si era una señora o cualquier otro ser parlante, lo único cierto es que hablaba.
“Con ese sí que estás guapa, mamá” Pero si no me lo he probado todavía! (oigo a la dependienta reírse) Me lo pruebo “Ves que sí estás guapa, mamá?” Vale, pues me llevo este. Que ojo el del niño, el más caro! La dependienta riéndose, se lo pasó pipa con el niño.
A la salida la típica conversación ¿Pero cuántos años tiene? En lugar de decir dos ya digo casi tres aunque no es hasta junio, porque si me dieran un euro por cada conversación de estas sería millonaria. Pues qué bien habla. Si señora, muy bien. No parece que tenga dos años. No señora. Será porque va al cole. Será.
Mira que me dá rabia ese comentario, al cole van muchos, y no todos saben lo mismo, no todo lo que sabe mi hijo tiene qué ser mérito de su profesora, no? Que yo paso mucho tiempo con él y le enseño un montón de cosas jugando! Y Parrulín no para de hacer preguntas y yo le respondo a todas sus explicaciones, incluso le enseño fotos de algo por lo que me ha preguntado. Y de leer cuentos todas las noches sabe todas las letras y está empezando a juntarlas, cuando en el cole no van a pasar de las vocales en todo el curso.
En fin, que vamos a pagarlo, no había más que dos personas delante cuando… “Mamá quiero hacer pis en un árbol” Vaya! Ahora? Si. En fin, que le dejo el vestido en la caja y vamos al árbol. “Es que no sale, quiero hacer caca” Vaya! Ahora? Si. Bueno, tengo toallitas. “Es que dice la caca que no sale tampoco” Pues menos mal! Volvemos a la tienda, felizmente pagamos y nos vamos.
Hoy estreno vestido, no sé si estoy guapa, pero me siento guapa!
Y confieso que tengo otra compulsiva dentro de mí, es la compulsiva del dulce a mitad de mañana, (Me cachis! Tengo que hacer limpieza de compulsivas) que la muy jodía todas las mañanas me pide una palmera de chocolate de la máquina. Y le tengo que hacer caso porque si no, se pone muy pesada. La máquina muy a menudo no me devuelve los 5 céntimos que sobran. Me pregunto si será que se queda sin cambio o será que me reconoce, no le caigo bien, y cada vez que voy piensa Mira, la pardilla de los 5 céntimos. Pues hoy me ha dado los 5 céntimos, y además… la palmera de chocolate al bajar ha chocado con un twix y me han caído los dos! Yuju! Mi amiga la compulsiva y yo, supercontentas.
El lunes más! Buen finde!
Sean buen@s y felices!